Paisaje cielo

 

Cada vez que hablamos con el cielo, si queremos, obtenemos respuestas.

Cada pregunta expresada en nuestra mente, siempre es respondida. Y lo importante no es saber si es real o no, pues nuestro corazón nos irá dando las respuestas, sino saber si la fuente de la respuesta está alineada con nuestros valores más elevados.

Recuerdo el tiempo en el que no hablaba con Dios.

La vida era más normal, más plana, más lógica. Mi mundo interior parecía algo aislado, algo un poco irreal. El cielo no era el mundo espiritual que ahora conozco, que siento y que es todo lo que existe, sino sólo el aire que había sobre mi cabeza, con un suave color azul por la reflexión de la luz.

Un buen día, años después de leer el libro “Conversaciones con Dios”, de Neale Donald Walsh, me planteé la pregunta: ¿y si todos podemos hablar con Dios?

Y desde entonces, empecé mis propias conversaciones, mis propios diálogos. Empecé a preguntar, y a escuchar las respuestas que venían a mi mente, en silencio.

Ahora ya no me parece extraño, sino lo más natural, pues siento que el Amor nos habla en todo lo que vemos: en un libro, en las palabras de una amiga, en la película que vemos, en las señales que nos avisan cuando pensamos algo, en las palabras que aparecen en nuestra mente cuando estamos en estado de presencia…

Todo son palabras del Creador.

Pero algunas de ellas son parte de la ilusión que está pensada para confundirnos y perdernos, y otras son más elevadas y nos conectan con nuestra verdad y nuestro camino.

¿Cómo podemos reconocerlas?

En mi camino como buscador, he podido encontrar varias formas. Pero la que más me funciona, cuando quiero hablar con Dios, es preguntar con el corazón abierto, y la mente tranquila y serena, en silencio. Normalmente en la naturaleza escucho mejor.

Si la sensación que tengo cuando me viene una respuesta es buena, el mensaje normalmente es lo que necesito para seguir mi camino.

Si la sensación es negativa, entonces es posible que se me haya “colado” una transmisión de la leal oposición, y dejo esos pensamientos de lado.

En cualquier caso, todo sirve, y cada uno debe encontrar sus propias respuestas y su propio camino.

Lo único que sé y de lo que estoy seguro, es de que todos somos Amor, y de que siempre hay una respuesta de Amor esperándote en el cielo.

Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.

Un afectuoso saludo,

Manuel Requena

 

 

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Manuel Requena
Manuel Requena
Me considero un afinador del alma y un intérprete de sus mensajes, y me encanta ayudar a almas sensibles y amorosas a recuperar la claridad, la paz y el equilibrio interior en momentos de confusión, usando mi técnica ATS (Acción Transformadora desde el Síntoma). Si necesitas ayuda en tu camino, aquí me tienes.💕